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UNE 23585. Cambios normativos. Activación del SCTEH.

Alejandro Adán

Senior Fire Engineer

De un tiempo a esta parte, hemos publicado una serie de artículos en los que se destacan los cambios más relevantes que ha sufrido la Norma UNE 23585 tras la revisión del documento que se publicó en el año 2017 y que actualizaba su primera versión que tenía vigencia desde el año 2004.

Por orden de aparición en la propia norma, anteriormente se hizo referencia a dos cuestiones relacionadas con el diseño del SCTEH tales como:

En el presente artículo se aborda uno de los cambios con mayor notoriedad que incorpora la última revisión de la Norma UNE 23585 y que se refiere al accionamiento del SCTEH. En ese sentido es importante destacar que la citada norma siempre ha abordado el diseño de la instalación y el modo de actuación sobre ella de forma completamente independiente. Dicho de otra forma, el número de aireadores que se disponen en cada depósito, la superficie de cada uno de ellos o la caída de las cortinas que los delimitan son variables de diseño para cuya obtención no se tiene en cuenta el instante en el que el SCTEH va a ser activado.

La siguiente tabla incorpora una comparativa entre el planteamiento que presentaba la Norma UNE 23585 en el 2004 y en la versión vigente desde el 2017:

Tal como se deriva de la tabla adjunta, hay dos diferencias fundamentales en lo que se refiere a la activación del SCTEH entre las versiones del 2004 y del 2017:

    • Desaparece la influencia de la variable del tipo de riesgo, dependiendo fundamentalmente del Objetivo de Seguridad Prioritario en caso de incendio.
    • Cambio en el tipo de accionamiento cuando se prioriza la Protección de las Propiedades. 

Con respecto a la Protección de las Propiedades, a continuación abordamos los planteamientos de las diferentes revisiones de la Norma UNE 23585.

Revisión de la Norma UNE 2358 de 2004

El planteamiento que realizaba la versión del 2004 de la Norma UNE 23585 pasaba por afirmar que, en caso de priorizar la Protección de las Propiedades, lo realmente importante era favorecer la acción del sistema de rociadores y de los servicios de bomberos. En este caso, el SCTEH se consideraba una herramienta de ayuda al servicio de bomberos, no en vano genera un espacio libre de humo que facilita su acceso hasta el origen del incendio, y por este motivo son ellos quienes deben accionarlo a su llegada. Si la asistencia al establecimiento/edificio va a ser rápida, entonces considera equivalente una activación manual o automática, por lo que les libera de la tarea de activarlo de forma manual. Eso sí, la activación automática no debe interferir con la acción del sistema de rociadores, para lo cual su respuesta debe ser rápida.

La versión del 2004 afirmaba que, en caso de priorizar la Protección de las Propiedades, lo realmente importante era favorecer la acción del sistema de rociadores y de los servicios de bomberos.

De este planteamiento surgen los siguientes comentarios:

  1. Si se pretende que el SCTEH sea una herramienta útil para el servicio de bomberos, ¿puede asegurarse su correcto rendimiento independientemente de cuándo se active (activación manual)? Tal como se ha comentado anteriormente, una activación excesivamente tardía puede derivar en un mal rendimiento de la instalación, con lo que el servicio de bomberos dejaría de contar con una herramienta que el código normativo considera fundamental para esta entidad.
  2. El tipo de respuesta de la instalación de rociadores supone un factor clave la hora de decidir el modo de apertura de los aireadores. De hecho, si la respuesta del sistema es rápida, se asume que una apertura por la señal de flujo que genera la activación del primer rociador no va a alterar el rendimiento de la instalación.

Esto abre la posibilidad a que la apertura sea siempre automática estableciendo un retardo que garantice la correcta actuación del sistema de rociadores. De hecho, este planteamiento se lleva a la revisión de la Norma UNE 23585 del año 2017, aunque por lo visto no es una filosofía válida para todos los tipos de sistema.

Revisión de la Norma UNE 2358 de 2017

Evidentemente la utilidad del SCTEH no varía, y por tanto en caso de priorizar la Protección de las Propiedades, la instalación resulta útil como herramienta de ayuda al servicio de bomberos. Sin embargo, el tiempo de asistencia al establecimiento desaparece como criterio a la hora de decidir el modo de apertura de los aireadores, y toma todo el protagonismo la posible afección al rendimiento del sistema de rociadores. En lo relativo a esta cuestión también desaparece la variable del tipo de respuesta, dando paso a la naturaleza del rociador, distinguiendo dos casos:

    • Rociador de control
    • Rociador ESFR ó CMSA

En el primer caso, los comités de expertos que intervienen en la revisión de la Norma UNE 23585 consideran que tienen evidencias suficientes como para argumentar que un plazo de 10 minutos desde que se pone en funcionamiento el primer rociador es suficiente como para que la instalación haya desarrollado su actividad de forma completa, pudiendo iniciarse el control de la masa de humos generada hasta el momento por el incendio resultante por parte del SCTEH.

Sin embargo, el caso de los rociadores ESFR y CMSA es diferente, ya que han sido importados desde Estados Unidos, desde donde se afirma que cuando éstos se encuentren presentes no pueden abrir los aireadores en ningún momento, bajo el riesgo de que la instalación de rociadores no realice su labor de forma correcta como consecuencia de ello.

La activación tardía de un SCTEH puede poner en riesgo el correcto funcionamiento de la instalación.

Tal como se indicaba anteriormente, la activación tardía de un SCTEH puede poner en riesgo el correcto funcionamiento de la instalación, y por tanto a los principales beneficiarios de su funcionamiento (ocupantes e integrantes del servicio de bomberos). Por tanto, una decisión de la envergadura de activar de forma manual el SCTEH, debería fundamentarse en estudios que cuantifiquen con precisión la afección que, sobre una instalación de ESFR o CMSA tiene el accionamiento automático de un SCTEH, y hasta el momento un estudio con ese planteamiento no existe.

En cualquier caso, es una decisión que obviamente prioriza el correcto funcionamiento del sistema de rociadores, sin tener en cuenta la afección que esto pueda tener para el SCTEH. En ese sentido debe destacarse lo que indica la Norma UNE 23585 (Versión 2017) en su Apartado 7.1.1:

Los rociadores son eficaces para reducir las pérdidas por incendios, por el control que ejercen sobre los mismos, manteniéndolos en un tamaño manejable o por la propia extinción del incendio. Un SCTEH permite una lucha manual contra incendio más eficaz, y protección de las vías de evacuación en los edificios. Es importante que donde se empleen juntos rociadores y SCTEH, la eficacia global de la protección de incendios (incluida la intervención de los servicios de incendios) se vea incrementada y no reducida.”

Para lograr el mayor nivel de seguridad en un establecimiento/edificio, COTTÉS siempre ha defendido una apertura automática de los aireadores, tomando las precauciones necesarias como para que no interfiera con la labor del sistema de rociadores, lo que se refiere a la asunción de un tiempo de retardo suficiente para asegurar la eficacia en la acción tanto de una como de otra instalación, tal como ya se ha planteado con los sistemas de control.

En publicaciones anteriores sobre sistemas de control de humos VS rociadores se han dado a conocer estudios desarrollados por entidades de reconocido prestigio en las que se concluye que una instalación de ESFR tiene un periodo de actuación inferior a los 6 minutos desde que se activa el primer rociador. En base a ello hemos abogado en diferentes foros especializados que la apertura de los aireadores en caso de coexistencia con un sistema de rociadores de respuesta rápida debería llevar asociado un retardo de 6 minutos.

Bajo un planteamiento en el que el SCTEH opera bajo un cierto retardo con respecto a la señal de flujo, se antoja imprescindible que el diseño de la instalación se base en un cálculo que tenga en cuenta la variable tiempo, de forma que pueda garantizarse que transcurrido el retardo se dan las condiciones adecuadas para que el control de humo sea efectivo. Esto es posible a partir del uso de programas de simulación de incendio, los cuales resuelven el comportamiento del humo a partir de la aplicación de Modelos de Zona o su versión más precisa y completa mediante Modelos de Campo.

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